


OAN Staff Brooke Mallory
Lunes, 16 de junio de 2025
Los líderes del Grupo de los Siete (G7) se reúnen en Kananaskis, Alberta, Canadá, para abordar una serie de desafíos globales urgentes, entre ellos el creciente conflicto entre Israel e Irán y las crecientes tensiones en torno a la política comercial de Estados Unidos.
La cumbre de este año está marcada por una atmósfera de cautela diplomática. Según medios canadienses, los miembros del G7 intentan sortear posibles fricciones con el presidente estadounidense Donald Trump, quien anteriormente generó controversia al sugerir que Canadá podría ser anexada por Estados Unidos.
Una encuesta de YouGov realizada en enero de 2025 reveló que el 77% de los canadienses se oponían total o parcialmente a la idea, mientras que un 15% la apoyaba. Sin embargo, una encuesta de Ipsos indicó que el respaldo podría aumentar hasta entre el 30% y el 43% si se ofreciera la ciudadanía estadounidense y la posibilidad de convertir activos a dólares estadounidenses, especialmente entre los jóvenes de 18 a 34 años, de los cuales el 43% votaría a favor de la anexión bajo esas condiciones.
El primer ministro canadiense Mark Carney ha definido como prioridades para la cumbre el fortalecimiento de la paz y la seguridad global, el desarrollo de cadenas de suministro de minerales críticos y la creación de empleos sostenibles.
No obstante, se espera que las preocupaciones internacionales por las políticas comerciales “proteccionistas” de Estados Unidos y las crisis geopolíticas —particularmente en Medio Oriente y Ucrania— dominen gran parte del diálogo.
Las tensiones en Medio Oriente aumentaron aún más durante la noche del lunes, cuando Israel e Irán intercambiaron nuevos ataques tras una ofensiva israelí lanzada el jueves pasado, a lo que los líderes del G7 respondieron en un comunicado conjunto.
“Los miembros del G7 condenaron de manera inequívoca el comportamiento desestabilizador de Irán, incluyendo el avance acelerado del enriquecimiento de uranio sin justificación civil creíble, su apoyo a organizaciones terroristas y grupos armados en todo el Medio Oriente y el mar Rojo, su proliferación de misiles balísticos y drones, y su represión transnacional y violaciones a los derechos humanos fundamentales”, señaló la Embajada de Estados Unidos en Italia.
Por su parte, el canciller alemán Friedrich Merz también presentó sus prioridades para la cumbre de los G7, subrayando la necesidad de evitar que Irán adquiera armas nucleares y reafirmando el derecho de Israel a defenderse. También hizo un llamado a la desescalada y a mantener abiertos los canales diplomáticos.
Irán sostiene que su programa nuclear tiene fines exclusivamente pacíficos. Sin embargo, el 12 de junio, la Junta de Gobernadores del Organismo Internacional de Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en inglés) determinó formalmente que Irán no cumplía con sus obligaciones bajo el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), siendo la primera vez en 20 años que se emite una decisión de este tipo. Esta resolución se produjo luego de que Irán no pudiera explicar de manera convincente la presencia de rastros de uranio en sitios no declarados.
Irán tampoco ha ofrecido acceso completo y constante a los inspectores ni ha revelado toda su actividad nuclear. La semana pasada, las autoridades iraníes anunciaron que pronto abrirán un tercer sitio de enriquecimiento de uranio.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán, a través de su portavoz Nasser Kanaani, aseguró que sus actividades nucleares son exclusivamente civiles y cumplen plenamente con el TNP y las salvaguardias del IAEA.
Aun así, persisten las sospechas. Críticos del programa nuclear iraní —incluyendo Israel, el gobierno de Estados Unidos y expertos en no proliferación— continúan expresando su preocupación por las intenciones de Irán y sus sitios nucleares. Señalan su historial de secretismo, como ocurrió con las instalaciones de Natanz y Fordow, que solo se conocieron gracias a filtraciones de inteligencia o imágenes satelitales.
Además del conflicto en Medio Oriente, los líderes del G7 abordan una serie de desafíos globales adicionales, como la inmigración ilegal, las deportaciones, el narcotráfico y el rápido avance de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial (IA), entre otras prioridades estratégicas.
Un alto funcionario canadiense subrayó que la prioridad de Ottawa es promover acciones concretas y colectivas entre los miembros del G7 —Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos.
“Ya tenemos acuerdos comerciales. Solo tenemos que enviar una carta: ‘Esto es lo que tendrán que pagar’. Pero creo que vamos a negociar unos cuantos nuevos también”, declaró el presidente Trump.
“El presidente está decidido a avanzar en todos estos frentes, especialmente para garantizar que las relaciones comerciales de Estados Unidos sean justas y recíprocas”, afirmó un alto funcionario estadounidense.
Esta nota fue traducida al español por Patricia Mitchell de una versión en inglés.